Acompañamiento personal

Introducción

A lo largo de nuestros años de experiencia nos hemos encontrado con muchas personas, que en determinados momentos de su vida, pasan por situaciones complicadas y que no saber resolver. Estas situaciones pueden producir agobio o ansiedad, y evitan que uno pueda fluir y lograr los objetivos que se propone.

En nuestro centro ofrecemos un proceso de acompañamiento personal para afrontar estas situaciones, favoreciendo la toma de soluciones y realizando una buena gestión emocional. Favorecemos la clarificación de objetivos y facilitamos las técnicas adecuadas para poder conseguir los objetivos propuestos en vistas a una mayor satisfacción personal.

El proceso de acompañamiento consiste en dotar de las herramientas necesarias para que cada persona pueda resolver las situaciones pero teniendo, en todo momento, la compañía de otra persona que facilitan el proceso. En ningún caso ofrecemos las soluciones directamente, sino que buscamos que sea la propia persona la que encuentre la solución.

La casuística que se nos presenta, pertenece al desarrollo de la propia persona. Condiciona pues el grado de desarrollo de cada una de las inteligencias al patrón de personalidad y éste, indudablemente, el desarrollo de cada una de las inteligencias, retroalimentándose pues mutuamente y creando eso que es algo y único: el ser humano.

“Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son.”

— Abraham Lincoln.

Cada persona se caracteriza por esa interacción haciéndola diferente e irrepetible con respecto a los otros.

Cuando hablamos de persona, no ponemos limite a la edad, pues la persona es un ser en continua formación, pero cabe preguntarse ¿si un niño es capaz de aguantar el paso abrasador de la educación normativa sobre su creatividad, cómo le condiciona en su vida adulta?.

Desde esta visión holística y continuista que pretendemos dar a la alta capacidad, ¿cómo condicionan los acontecimientos pasados, el desarrollo de una alta capacidad futura?

Desde nuestro centro intentamos dar respuesta a ésta y otras preguntas, a las que los padres acceden a través de las vivencias de sus hijos, ya que no debemos olvidar que la alta capacidad mantiene un elevado componente genético, y que en la mayoría de las ocasiones les hacen rememoran acontecimientos poco afortunados de su desarrollo infanto-juvenil.

Se abre la caja de Pandora, y de ella vuelven a salir los rayos y truenos que en otras ocasiones acompañaron con más o menos fortuna (generalmente menos) a la persona en su proceso de formación; constituyendo el carácter (parte de la personalidad que se desarrolla debido a la interacción con el medio, incluyendo los valores, la autoestima, los objetivos en la vida,…).

¿Por qué me gusta hacer varias cosas a la vez?
¿Qué es que los demás no se dan cuenta de ello?.
¿Necesito estar sólo?
¿Prefiero no hacer trabajos en grupo?…

Y tantas otras aseveraciones que sería muy largo de relatar. Tal vez mencionar una sola nada más. Recordando a esa gran maestra, que para todos los que trabajamos el tema de la alta capacidad es Erika Landau, y que en su libro “El valor de ser superdotado” menciona el caso del corredor de fondo, aquella persona que va tranquilamente en su carrera y en un momento determinado siente la necesidad de acelerar dejando atrás a sus compañeros, pero pasado un tiempo se siente solo, y cuando la soledad le embarga se para y espera al resto, que bien ya está con ellos, pero sin saber porqué nuevamente siente esa necesidad de volver a estar en cabeza y vuelve a irse, así una y otra vez.

Y cuando la carrera es muy larga, ¿no desestabiliza esto a la persona?

Para nosotros la forma de encontrar esa estabilidad es a base de comprender precisamente el porqué y cuándo surge esa necesidad de correr, de acelerar, y el porqué parar, solamente atendiendo al mundo de los impulsos y de las emociones se puede encontrar respuesta a ello. Sin embargo, desgraciadamente, el corredor buscará la respuesta en lo que siempre ha hecho y sabe hacer, la razón y en ella no la encontrará.

“Querida, eres tan inmadura. Crees que al decir lo siento todo el pasado puede corregirse.”

— Rhett Butle a Scarlett O’Hara. Lo que el viento se llevó.

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